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La escritora sonorense Julia Melissa Rivas gana el Premio Nacional de Poesía Joven Raúl Rincón Meza
- Julia Melissa Rivas Hernández fue maestra del taller Écfrasis y minificción de la escuela de escritores del Instituto Sonorense de Cultura, ha sido Editora de literatura mexicana en Abisinia Review y Licenciada en Artes Plásticas y en Literatura Hispanoamericana por la Universidad de Sonora
Julia Melissa Rivas Hernández está a punto de desayunar. La cocina es un refugio para ella. Como lo son los libros y las hojas de texto donde escribe. Hace apenas dos días, la escritora hermosillense resultó la ganadora del Premio Nacional de Poesía Joven, Raúl Rincón Meza 2021, organizado por Centro Cultural Tijuana (Cecut), organismo de la Secretaría de Cultura federal, y que convocó a escritores de nacionalidad mexicana, residentes en el país o en el extranjero.
Su obra “Imperio” fue la ganadora. Un libro no es un acto de generación espontánea, por el contrario, es el resultado de la suma de vivencias, pensamientos, reflexiones, diálogos-de la autora con ella misma, pero también con el mundo que le rodea-. “Imperio” no es la excepción. Su génesis se remonta a 2008. 14 años después el poemario verá la luz. Lo que empezó en una clase de literatura comparativa con lecturas de la obra de Clarice Lispector, pronto fue tomando forma.
“En ese proceso, este libro de Imperio lo empecé en 2008 en la clase de literatura comparativa, empezamos a leer a la escritora brasileña Clarice Lispector y fue toda una revelación encontrarla, todo lo que hizo con el lenguaje. Leyendo un poco de biografía, empecé a sentirme identificada con esa sensación que ella describe de no pertenecer a ningún lugar, una forma de desarraigo que luego se juntó con que me casé y me fui a vivir a Buenos Aires, Argentina. Empecé a escribir Imperio en 2012”, confiesa Rivas Hernández.
En 1929, la escritora Virginia Woolf cimbró el mundo literario con su obra ‘Una habitación propia’. Se trataba de un reclamo y una reivindicación a un espacio personal de intimidad que permitiera la escritura feminista. Hasta ese entonces, la literatura femenil era marginal-los estragos de un sistema patriarcal y machista- el espacio de las mujeres estaba limitado al andar doméstico: la sala, la cocina, el dormitorio. Woolf resignificó esos espacios. La habitación que reclamaba la autora era un símbolo de intimidad y soledad, de tiempo-espacio para los procesos creativos de la mujer.
Imperio es una obra que corre a dos vías: la primera es sobre ese desarraigo vital, la erosión de la pertenencia, y la segunda es una aguda reflexión sobre la propia creación, el proceso de escribir, la fuerza de la palabra. Imperio fue un refugio para Julia Melissa, quien escribe desde esa ‘habitación propia’, una relatoría de los eventos de la rutina que ella experimenta como mujer.
“Me tiene muy ilusionada este libro porque se tocan muchos temas, desde el desarraigo hasta la creatividad, sus procesos, la palabra, lo que escribimos las mujeres y desde dónde lo hacemos, abona mucho por toda esa labor que nosotras llevamos a cabo. No sólo es escribir poemas, es cuidar al niño, al esposo, hacer la comida, encontrarte en lugares, ese anhelo de estar en un lugar conocido. Viendo material biográfico de Clarice Lispector encontré un testimonio suyo de cómo escribió parte de su obra con su hija en el regazo, esa es otra de las vertientes que abordé en Imperio”, señala la autora sonorense.
En todo el tiempo de creación de su poemario ganador del Premio Raúl Rincón Meza 2021, Melissa un trabajo ardúo y profundo de edición y corrección. Se enclaustró leyendo teoría poética y narrativa, de Ezra Pound a Octavio Paz, poetas de diversa índole, buscando una especie de otredad para poder llevar a cabo sus diálogos y reflexiones. Si la prosa y la narrativa son caudales de palabras, la poesía es un ejercicio de miniaturista, una especie de filtro y destilación del lenguaje donde cada palabra tiene un sentido denso y fijo.
Leí mucha teoría de poesía, de narrativa, qué decía Pound, Paz, cómo escriben las otras y los otros, las experiencias que tuvieron las que hacen poesía, es una forma más concienzuda de entrar en qué y cómo se escribe la poesía. Yo veía la poesía como una esencia de vainilla, con una sola gotita ya tienes toda la fragancia de miles de vainas de vainilla, el español tiene una cantidad hermosa de palabras, pero hay que hacer una selección muy consciente, de trabajar con miniaturas pero sabes lo apabullante que es”, cuenta Rivas Hernández.
Melissa cuenta con una sonrisa contenida que su vida es aburrida. Sin embargo, es de las escritoras que lleva la tinta en la sangre.
“No me gusta mucho escribir de mí, siempre lo digo, mi vida es aburrida, era mucho leer los libros de Lispector, me dediqué a la escritura web, de artículos de “5 beneficios del mango”, a eso se dedicaba ella, escribir todos los días, escribir como un oficio, tener esa disciplina. Me gusta escribir muchísimo. Tengo una vida muy bendecida porque puedo platicar de literatura, la obsesión se convierte modus vivendi”, relata.